¿Por qué aislar del frío y del calor nuestros hogares y edificios? Lo explica PROPAMSA

Más de la mitad de nuestros edificios causan un 40% de las emisiones en las grandes ciudades. Los sistemas de aislamiento térmico por el exterior (SATE) regulan el intercambio de temperaturas, mejoran el confort en el interior y reducen un mínimo del 30% de energía.

Lo hemos oído mucho en los últimos tiempos. Sobre todo al hilo del reparto de los fondos europeos Next Generation, que van a suponer una ayuda directa a la rehabilitación energética de edificios de más de 6.800 millones de euros. Pero, ¿por qué es tan necesaria esa rehabilitación energética? ¿Por qué debemos aislar del frío y del calor nuestros hogares y edificios? A estas preguntas han respondido estos días los expertos que se reúnen en el 4º Congreso AISLA, un encuentro a la eficiencia energética de las edificaciones.

En la actualidad prácticamente la totalidad de viviendas sufre derroches de energía. Más de la mitad de nuestros edificios supera la mayoría de edad y no han sido construidos bajo los estándares de eficiencia energética del nuevo Código Técnico de la Edificación, lo que provoca que sean grandes depredadores de energía. Y, a mayor pérdida energética, más recurrimos a los termostatos de calefacciones y aires acondicionados para regular la temperatura de nuestros hogares; una acción que podríamos reducir, más aún en estos tiempos en los que la electricidad y el gas tienen precios prohibitivos,  con esa rehabilitación energética, que contempla entre otras acciones un adecuado aislamiento térmico de nuestras viviendas y edificios.

El SATE es la mejor solución para frenar el despilfarro energético de las edificaciones

Se calcula que un 30% de esta energía que se escapa de los inmuebles lo hace a través de los puentes térmicos, puntos críticos como los pilares, forjados, cajas de persianas, huecos como las ventanas o balconeras en los que se rompe la continuidad aislante. Para acabar con ellos, así como para mejorar el confort térmico interior en invierno y en verano, reducir un tercio de las emisiones que los edificios lanzan a la atmósfera y ahorrar al menos un 30% en la factura energética, la solución pasa por el aislamiento térmico. En concreto por el sistema de aislamiento térmico por el exterior (SATE), que será el principal responsable de la mejora energética del parque de viviendas para 2030. Este sistema, como si de una piel impermeable se tratara, protege al edificio por el exterior regulando el intercambio de temperaturas y, por tanto, evitando el derroche energético.

De esta forma, se consigue una temperatura más agradable en el interior de los hogares, independientemente de la estación del año, y se acaba además con las condensaciones y humedades que puedan surgir. Además, al ser una instalación que se realiza por el exterior de la vivienda, no resta espacio a la vivienda –que con los sistemas tradicionales se ve reducido- ni tampoco requiere obras, por lo que se puede permanecer en ella durante su instalación.

Asimismo, este tipo de sistemas, que además pueden adaptarse a otras necesidades como impermeabilidad, aislamiento acústico, protección ante golpes, etc., aumentan el confort y la calidad de vida, mejoran y modernizan la imagen de los edificios e incluso pueden revalorizarlos más de un 20% de cara a un posible alquiler o a una venta futura de la vivienda.

 

Luis Sanz, responsable técnico de sistemas de aislamiento térmico en Propamsa.

2022-06-08T15:51:37+00:0023 mayo, 2022|Categorías: PROPAMSA|

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