El gas radón es un contaminante natural procedente del subsuelo que, al ser más pesado que el aire, puede acumularse en las plantas bajas de los edificios y representar un riesgo para la salud. Por eso, el DB-HS6 del CTE establece medidas obligatorias de protección en los municipios con mayor potencial de emisión de radón.
La estrategia de protección depende de la zona geográfica:
- En municipios de zona 1, se debe colocar una barrera de protección continua entre el terreno y los locales habitables. Puede ser una lámina impermeable al gas radón o un sistema constructivo equivalente.
- En municipios de zona 2, además de la barrera, se exige un sistema complementario: bien una cámara ventilada entre el terreno y el interior, o un sistema de despresurización del terreno, que extraiga el gas antes de que penetre en el edificio.
En edificios existentes, cuando no sea viable aplicar las soluciones estándar, el CTE permite alternativas como el sellado de cerramientos en contacto con el terreno o la mejora de la ventilación interior, siempre que se garantice una reducción efectiva de la concentración media de radón por debajo de 300 Bq/m³.
Estas medidas están reguladas en el Documento Básico HS6 del CTE y en la Guía de rehabilitación frente al radón. Puedes consultar con un profesional para conocer qué soluciones están disponibles para prevenir o limitar la concentración de Radón en tu edificio.