Evitar los puentes térmicos es clave para garantizar un aislamiento térmico eficaz y evitar pérdidas de energía, aparición de humedades y condensaciones. Un puente térmico es una zona puntual o lineal del cerramiento donde se produce una discontinuidad térmica, generalmente por un mal diseño o una mala ejecución.
Para minimizar o eliminar los puentes térmicos al instalar aislamiento térmico, es fundamental seguir estas recomendaciones:
- Diseño adecuado del aislamiento
- Planificar la envolvente térmica del edificio sin interrupciones, asegurando la continuidad del aislamiento en todos los puntos singulares y encuentros. Para ello, será necesario prever soluciones específicas para zonas críticas como: cajas de persiana, dinteles, pilares embebidos en fachada, frentes de forjado y encuentros entre paramentos.
- Soluciones constructivas eficaces
- En obra nueva o rehabilitación, cuidar la continuidad del sistema de aislamiento escogido, minimizando o eliminando los puentes térmicos.
- En fachadas, el SATE o la fachada ventilada resuelven de forma eficaz la mayoría de los puentes térmicos.
- En cámaras de aire existentes, los aislamientos insuflados también reducen notablemente los puentes térmicos y las infiltraciones de aire, si hay continuidad en la cámara.
- En cubiertas, evitar la discontinuidad del aislamiento en petos, lucernarios, chimeneas o encuentros con paramentos verticales.
- Instalación profesional y control de ejecución
- Usar productos adecuados, correctamente colocados y sellados, especialmente en puntos singulares, encuentros y remates.
- Aplicar selladores, cintas expansivas o tapajuntas para asegurar la continuidad en ventanas y puertas.
- Realizar inspecciones (por ejemplo, con termografía infrarroja) tras la ejecución para comprobar que no han quedado zonas sin aislar o con alguna discontinuidad.
- Apoyarse en normativa técnica
- El CTE DB-HE exige limitar los puentes térmicos de forma cuantificable, incluyendo un control de ejecución en obra. El Documento de Apoyo DA DB-HE/3 proporciona un atlas de puentes térmicos frecuentes y cómo cuantificarlos correctamente.
Con estas buenas prácticas, es posible evitar o minimizar eficazmente los puentes térmicos y las patologías asociadas, mejorando así el confort, la eficiencia energética, la salubridad y la durabilidad del edificio.