¿Qué ocurre si el aislamiento se moja o humedece?

El aislamiento térmico está pensado para trabajar en seco, y es en seco como declara sus prestaciones. Si el aislamiento se moja o se humedece de forma continuada, puede perder gran parte de su eficacia, ya que el agua transmite el calor mucho mejor que el aire, que es el verdadero aislante dentro de estos materiales.

Además, algunos aislantes pueden deformarse, degradarse o perder estabilidad mecánica al absorber humedad, especialmente si no están diseñados para resistirla. En esos casos, habría que sustituirlos.

En materiales higroscópicos, si la humedad persiste (por filtraciones, goteras o condensaciones), el aislamiento pierde rendimiento térmico y puede favorecer la aparición de moho, malos olores o incluso patologías en el edificio.

Por eso es tan importante instalar el aislamiento de forma correcta, protegerlo con barreras impermeables donde sea necesario (en cubiertas o fachadas exteriores), y revisar el estado del sistema si ha habido un siniestro relacionado con el agua.

Un buen aislamiento bien instalado dura décadas. Pero si se ha mojado, conviene inspeccionarlo cuanto antes.

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